Las enfermedades cardiovasculares son un problema emergente en la población con hemofilia. Las enfermedades cardiovasculares suponen un riesgo mayor para los pacientes hemofílicos que para la población general, ya que los fármacos utilizados para tratar las enfermedades cardiovasculares pueden aumentar el riesgo de hemorragia, y los pacientes con hemofilia también corren un mayor riesgo en el caso de intervenciones quirúrgicas.
La hipertensión, un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares, puede estar asociada a una mayor probabilidad de hemorragia intracraneal en personas hemofílicas. Además, la obesidad —otro factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares— en la hemofilia se asocia también a un aumento de las enfermedades articulares. Por lo tanto, la prevención de las patologías cardiovasculares y los factores de riesgo asociados en esta población de pacientes es especialmente importante.
La aterosclerosis, que es la base biológica de las enfermedades cardiovasculares, comienza en la infancia y está asociada a factores de riesgo establecidos, como la obesidad, la hipertensión, el perfil lipídico anormal y los antecedentes familiares. El sobrepeso y la obesidad son frecuentes en la infancia y existe una alta correlación entre su presencia en los niños y en la edad adulta. La hipertensión arterial también está aumentando en la población pediátrica general. La prevalencia de pre-hipertensión e hipertensión en niños de 3 a 18 años es del 3,4% y del 3,6%, respectivamente. La prevalencia es sustancialmente mayor en los niños obesos: > 30% en los niños obesos y 23-30% en las niñas obesas. Del mismo modo, los niveles anormales de lípidos se asocian a la obesidad en los niños. Por lo tanto, las estrategias para mitigar el riesgo deben iniciarse desde la infancia.
El primer paso para la prevención en la población hemofílica es determinar la prevalencia de los factores de riesgo cardiovascular. Algunos de ellos, como el sobrepeso, la obesidad y la hipertensión, son más frecuentes en los adultos con hemofilia que en la población general.
Un estudio reciente identificó una proporción significativa de niños con hemofilia con sobrepeso y obesidad, incluyendo un 37% con índice de masa corporal (IMC) ≥85% y un 4,7% con obesidad grave. Además, el 37% de los niños considerados en el estudio presentaban una relación cintura-estatura anormal (WHtR) compatible con un mayor riesgo cardiometabólico, el 19% tenía niveles de lípidos limítrofes o elevados, y el 28% cumplía los criterios de pre-hipertensión.
Aunque el 93% de los sujetos había participado en actividades físicas en los 7 días anteriores, la mayoría no alcanzó el mínimo recomendado de 60 minutos de actividad física diaria. Además, 16% de los participantes declararon tener antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular (infarto de miocardio o accidente cerebrovascular) en un pariente masculino <55 años y/o en un pariente femenino <65 años. En estos casos, el asesor genético puede ser una valiosa ayuda para proporcionar información adicional sobre el riesgo cardiovascular en caso de antecedentes familiares.
Los análisis de este estudio demuestran que los factores de riesgo cardiovascular pueden identificarse en el contexto de la atención integral de la hemofilia. El personal sanitario debe conocer las definiciones de sobrepeso, obesidad e hipertensión, así como las directrices para el tratamiento de estas afecciones.
Fuente:
- Limjoco J, Thornburg CD. Risk factors for cardiovascular disease in children and young adults with haemophilia. 2018;00:1–8. https://doi.org/10.1111/hae.13585