Además de la prevención de los episodios hemorrágicos, la introducción de la autoinfusión de factores de coagulación a fines de los años sesenta y principios de los setenta permitió a los pacientes con hemofilia viajar con más independencia de su médico o centro de tratamiento, y con mayor seguridad. Las nuevas opciones de tratamiento de la hemofilia evitan la discapacidad física y aumentan la movilidad de los pacientes, permitiéndoles convertirse en miembros de pleno derecho de nuestra sociedad móvil, con un deseo cada vez mayor de viajar por el mundo de forma similar a los individuos sanos.
Pero, ¿cuál es la relación entre la hemofilia y los viajes?
Un estudio analizó la conducta frente a los viajes de los pacientes con hemofilia A o B. La gran mayoría de las personas hemofílicas (alrededor del 98%) han viajado al menos una vez desde que recibieron el diagnóstico. Además, cerca del 60% viaja más de una vez al año («viajeros frecuentes») y el 37% viaja fuera de Europa («viajeros de larga distancia»).
Entre las variables específicas de la hemofilia, la autoinfusión de los factores de coagulación es la más importante para una mayor probabilidad de realizar viajes de larga distancia. Mientras que entre los pacientes de 17 años o menos, el hecho de no estar en tratamiento profiláctico permanente se asocia con una mayor probabilidad de realizar viajes largos .
Otras variables analizadas, incluida la gravedad de la hemofilia, cuando se compara entre grave y moderada/leve, no parecen tener ninguna influencia en el comportamiento frente a los viajes de los pacientes adultos con hemofilia.
Fuente:
- Juergen Ringwald, Pamela Rudolph, Melanie Biner, Cornelia Fießler, Andreas Mayr, Martin Lohmann, Julian Strobel, Reinhold Eckstein, Karin Kurnik, Travel behaviour of patients with haemophilia, Travel Medicine and Infectious Disease (2013) 11, 159e165, http://dx.doi.org/10.1016/j.tmaid.2013.03.008